Jarra de cerveza y tapita de olivas = 12 euros en cualquier restaurante con terraza; la comida es congelada, de mala calidad, y cara; las tiendas de suvenires indias venden productos totalmente carentes de interés para los barceloneses, paquistanís a lo largo del paseo vendiendo juguetes azules que se lanzan al aire y que nadie compra. Cuando cambie la mentalidad usurera de los empresarios de esta ciudad que quieren enriquecerse rápidamente solo a costa de hordas de turistas, a costa de ignorar la calidad, especialmente hoteles y restaurantes, entonces Las Ramblas y otras partes volverán a recuperarse para los barceloneses. Ah, eso y un interés activo del ayuntamiento por revertir esto, cosa que no existe porque a ellos ya les interesa que siga así.
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