La Rambla debe ser peatonalizada con urgencia. Para que vuelva a ser de la ciudad y, más importante, de los barceloneses, que somos a quienes quiere encontrar el turista, a los locales disfrutando de un paseo que debe crecer en zonas verdes, en espacios para los niños y para las bicicletas, y con terrazas de calidad y comercios a la altura. Y eso sin perder la idiosincrasia del paseo en cada zona.
Hay un punto clave a resolver que es la llegada al mar (mediante un concurso de arquitectos de prestigio). La Rambla debe acabar en el mar, y ahora se queda muerta en Colón. Y por arriba, la unión con la Rambla de Catalunya.