A la Rambla le sobran comercios poco distinguidos y ambulantes, y le falta elegancia. El ayuntamiento debe asegurar que los peatones puedan moverse cómodamente, y encontrar una forma para que los turistas puedan descubrir los tesoros arquitectónicos que alberga esta parte de la ciudad.
Contingut d'usuari Aquest contingut ha estat redactat per un usuari d'El Periódico i revisat, abans de publicar-se, per la redacció d'El Periódico.