El pasado 1 de marzo por la tarde tenía que volar de Barcelona a Nápoles con mi mujer (diabética tipo 1) con Vueling. Después de dos horas de retraso, pasamos el control de pasaporte y, llegados a la puerta del avión, una azafata nos indicó que no había suficiente espacio y tenían que enviar a bodega nuestro equipaje de mano. Accedí a dejar el mío pero le pedí por favor que dejaran embarcar el de mi mujer, ya que llevaba toda su medicación en ella y que no podía desprenderse en ningún momento de ella.
Entretots
Siguieron insistiendo en que no se podía y entonces le pedí que me proporcionaran un contenedor adecuado para traspasar los medicamentos. Me proporcionaron una bolsa de basura que vaciaron de residuos delante mío y me la ofrecieron para que trasladara el material. Llegados a este punto, me negué a embarcar sin la maleta y la tripulación avisó a la Guardia Civil para que viniera a buscarnos y acompañarnos fuera del aeropuerto.
Tuvimos que pasar la noche en el aeropuerto y comprar otro billete.