Pedro Sanchez y el nuevo Gobierno lo condiciona todo. Ha dejado al Govern, a sus miembros y al separatismo como una antigualla. En un momento, Catalunya ha dejado de representar, por comparación, la modernidad.
Entretots
Un Gobierno en minoría tendrá problemas para gobernar, pero Podemos y sus líderes tienen ahora la oportunidad de confirmar su cambio de criterio respecto al apoyo a un Gobierno de izquierdas. En cada votación tendrán que estar a la altura.
Pedro ha mostrado a Ciudadanos que solo tienen 32 escaños, así como su falta de claridad programática. Bien haría el PP en renovarse y no buscar, como están haciendo, caras de continuidad. Nuevos tiempos, nuevas gentes.
Ha dejado al descubierto la vejez de la patronal, que más se parecen al Scrooge de Dickens que a los necesarios empresarios visionarios de un siglo XXI. A los sindicatos, que deben recuperar su función social, en una nueva economía en profundo cambio.
Y a los varones y antiguos dirigentes del PSOE, que deben dejar de hacer declaraciones que estropeen sus biografías para no pasar a la historia, como entorpecedores del camino hacia la modernidad inevitable del partido y del país.