Van a ganar las elecciones con el descaro de vendernos, desde una playa mediterránea simulada en Madrid, un verano azul y plácido si les votamos. Saben que la mentira forma parte de la sociedad española, que fingir ayuda a mantener nuestra forma de ser individual y colectiva, la falsa apariencia es cotidiana y popular. Mentir y que te crean es el gran éxito de la meritocracia, que tan encarecidamente defiende el PP.

Si además les votan, como parece que va a ocurrir, no esperemos misericordia porque suprimirán los pocos servicios públicos esenciales que quedan y les pondrán un precio, para que se conviertan en negocio. Nos dirán que lo hacen porque son defensores de la cultura del esfuerzo personal, de la voluntad de las familias en la crianza de sus hijos, de la competitividad para los trabajadores y del libre mercado para las empresas.

A eso le añadimos el españolismo rancio, la homofobia y el odio a la diferencia de la ultraderecha excluyente, y suman votos, les salen las cuentas. Los cuentos han dado resultado. Harán bien en mantenerse en esta falacia, les dio buen resultado el 28M y, además, se lo están pidiendo la mayoría de las encuestas publicadas. Veremos qué decimos los votantes el 23J.