Soy un ciudadano nacido en Barcelona en el año 1940 con una dedicación muy especial en visitar los comercios antiguos de la ciudad, los cuales son pocos los que cuidan y conservan su estado desde su inicio, y con respecto a los de gastronomía, que hay varios... Pero quisiera destacar uno de los cuales acostumbro a ser asiduo cliente. Se trata de La Cova Fumada.

Este característico bar, situado en la Barceloneta, siempre está abarrotado de clientes, y a veces hay momentos de espera en la acera para poder acceder. Es un sencillísimo local nacido el año 1945, con una impecable limpieza y el personal totalmente familiar: la dama de la cocina, la señora Palmira; los hijos, Josep Maria y Magí; el nieto, Guillem, y hasta un total de siete personas, todos con una gran atención y rapidez de servicio. La mayoría de clientes hace años que asisten semanalmente, y los que acuden por primera vez siempre repiten.

Todos los artículos de comida están a la vista, y se hacen diariamente a petición del cliente. Su especialidad es el pescado, y la recomendación, la bomba (no comerla es un delito). Otros establecimientos también la ofrecen, pero aquí, en La Cova Fumada, es donde nació.

Es la tercera generación y tendrán que seguir cuidando a esta clientela que disfruta del reducido espacio, el cual valoran muy positivamente.