Las desastrosa gestión de las negociaciones para formar gobierno entre PSOE y Unidas Podemos durante los últimos meses arrojan un contexto descorazonador entre dos partidos que parecen condenados a entenderse, ya sea ahora o en noviembre.
Entretots
En este punto muerto y de incertidumbre generalizada respecto a la posibilidad de unas nuevas elecciones, Felipe VI afronta uno de los mayores retos desde el inicio de su reinado, si no el mayor: la necesidad de ejercer de forma efectiva e imparcial como mediador entre las diferentes fuerzas políticas con el fin de evitar el desastre electoral al que parece estar abocada la política nacional si nadie hace nada.
Así el Rey ha de demostrar en esta segunda ronda de contactos con los partidos políticos la funcionalidad de la Casa Real como una institución capaz de moderar y reconducir el contexto político nacional con independencia y eficacia basándose en los intereses generales de la ciudadanía, que en este punto se reducen a un único interés básico: que haya gobierno.