El presidente de Foment del Treball (patronal catalana), Josep Sánchez Llibre, pretende que el Estado impida la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell, por "interés territorial", pero ya nadie, en ninguna parte ni por ninguna razón, propone limitar las consecuencias de las reglas de juego capitalista: asegurar la acumulación privada de la riqueza, que se considera absolutamente necesaria, por ser el gran movilizador de los individuos y de la humanidad como especie necesitada de organización social.
Entretots
Las patronales entienden que el sistema económico más funcional para acumular la riqueza es el mercado libre, donde se compra y se vende según el precio alcanzado. Todo ello ocurre entre particulares, que son los únicos legitimados para poseer; el Estado político solo tiene reservado un papel de facilitador: garantiza la "igualdad" ante la ley para competir y la "libertad" para acordar el precio entre las partes.
Lo de la "fraternidad" burguesa, lo de dar apariencia de que todo ocurre en favor del "interés general" ya no es necesario, dejó de serlo a partir de 1973 (crisis de la apropiación de la energía). Además, ahora resulta disfuncional, todos admitimos que tiene que haber ganadores y perdedores, según el éxito recibido, se acabó aquello tan antiguo de diferenciar entre poseedores y desposeídos, entre ricos y pobres, ya no existen las clases sociales, no es necesaria la justicia social que estructuraban los servicios públicos accesibles del Estado del bienestar.
El Estado debe aportar estabilidad y orden y aplicar la fuerza bruta, si fuera necesaria, dentro y fuera de las fronteras nacionales, todo lo demás es competencia o concurrencia de intereses privados. Eso es lo que ha decidido, respecto a la OPA, la CNMC, que es un grupo de "sabios" bregados en las consecuencias más evidente del sistema y escogidos de entre lo mejor de cada casa (partido político).
Las consultas a la "sociedad" es otro entretenimiento propio de diletantes sobreactuados.