Desde que los separatistas están de capa caída, el conflicto catalán no existe, se lo han inventado Sánchez y Aragonès para intentar justificar esas maniobras políticas cuyo fin es conseguir que fructifiquen unos acuerdos -amnistía y referéndum- que son las peticiones de los separatistas para apoyar la investidura del presidente en funciones.
Entretots
Cuando oigo a Pere Aragonès hablar en nombre de Catalunya y pienso que a los únicos que representa es a ese 41%, me pregunto: ¿con qué autoridad moral puede hablar en nombre de Catalunya obviando al 52% de los ciudadanos que viven y trabajan en nuestro país, y que no estamos de acuerdo con esas derivas independentistas?
En cuanto a Sánchez, ahí le tenemos, metido en el 'fregado' de construir una amnistía a la medida de Puigdemont, para que el inquilino de Waterloo pueda regresar a España en olor de multitudes. Una concesión del presidente en funciones, en pago por los votos de Junts para la investidura. En cuanto al conflicto del que tanto hablan, y en el supuesto de que lo hubiera, no lo han creado los ciudadanos de Catalunya, se lo han inventado para su propio beneficio los Sánchez, Aragonès y el resto que les acompañan.
Y nosotros, los que cuantificamos ese 52% no separatista, mirándonos estupefactos ante los eufemismos empleados por los citados políticos para colarnos un trágala constitucionalmente impresentable.