Ojalá, de una vez, este país reaccionara por parte de la clase política, tan alejada toda ella de la realidad, en atender los temas que de verdad importan y que enriquecerían este deprimente presente y, a este paso, aún más deprimente futuro.

Dejen de hablar de una vez, dejen de escuchar de una vez a aquellos a los que no les falta de nada como son los empresarios y ocúpense en dignificar las pensiones más bajas; ocúpense en que la vivienda sea accesible a todos y no esa especulación del suelo público y que, al fin y al cabo es de todos, no de los ayuntamientos para venderlo al mejor postor; en Catalunya, ocúpense de que los barracones sean historia, de que la pobreza (y miseria) infantil no exista...

En fin, desgraciadamente ninguno de los políticos tiene la menor intención de pasar a los libros de historia pero como tampoco a la ciudadanía les importa demasiado nada, pues así van las cosas: inventándose crisis que no existen, no creando empleo, condenando a generaciones enteras a no poder independizarse...¿Y aún hay quien habla de que en este país no nacen suficientes niños? ¿Les extraña? Mucho cinismo haría falta para negar esta y cualquiera de las realidades mencionadas y las que me dejo.

Espero que algún día todo esto pase de ser demagogia a ser una feliz realidad y, la verdad que no costaría tanto que lo fuera pero es mejor no hacer nada y eternamente seguir comparándonos con Alemania u otros países a años luz de la política española en general.