El número de túneles de Barcelona asciende a treinta y seis: ocho en la Ronda litoral, trece en la Ronda de Dalt y el resto en diversas arterias de la ciudad. Sin embargo, la intención de esta carta es hablar de otros túneles. Me refiero a esos corredores formados por los árboles que flanquean las calles de veinte metros de ancho de nuestro Eixample. Efectivamente, en esta época del año, las copas de los plátanos —desde hace dos siglos, el árbol más habitual en las calles de Barcelona— se unen formando unos esplendidos túneles de color verde. En esos tiempos de tanto calor, los 47.000 ejemplares de plátanos que hay en la ciudad contribuyen a que el clima resulte algo más agradable.
Entretots
Yo circulo por la Ciudad Condal en motocicleta y, cada junio, los descubro con la misma alegría. Transitar por estos túneles es una delicia: su sombra, junto con la velocidad de nuestras motos, genera frescor y, cuando los semáforos rojos nos obligan a detenernos, reposamos tranquilos bajo su abrigo. Y, cuando cambian de color, atravesamos rápidamente el ardiente asfalto del cruce de calles para entrar de inmediato en otro de estos maravillosos túneles verdes.