En respuesta a la carta de Mireia Bonich, tengo que decirle que las acusaciones de nazismo al nuevo president Quim Torra son deplorables y lamentables. Las palabras de Alfonso Guerra son desafortunadas, y esto hay que decirlo bien alto y claro.

Ahora bien, Mireia, desde el Govern, y desde los partidos independentistas, encabezados por Puigdemont, no se ha parado de acusar a España, a su Gobierno y al Estado, de "franquista", "fascista" y "falangista". Y todo el relato del independentismo se ha basado en esto, en acusar al Estado español de no respetar los derechos humanos, y comparar al ya expresidente Rajoy nada menos que con el general Franco. 

Mireia, aquí no tienes que ver ninguna película, tan solo pregúntale a tus abuelos o a cualquier persona que tenga 70 años sobre lo que fue el fascismo de Franco y su dictadura, y si se pueden comparar con nuestra actual democracia. Incluso si se puede comparar el gobierno caudillista de Franco con lo que fue el gobierno del PP,  por mucho que a muchos no nos gustara.

La misma vara de medir hay que usar aquí, Mireia, para denunciar la inmoralidad de tales acusaciones por parte de Puigdemont y Torra.