Soy una de las personas mayores de 65 años 'castigada' a no poder tener la tarjeta rosa reducida por haber nacido demasiado tarde y, claro está, por haberme hecho rica trabajando y cotizando 46 años.
Entretots
En un principio la tarjeta rosa se daba a todos los mayores de 60 años con domicilio en Barcelona. Posteriormente se dio y se da a personas con unos ingresos mínimos, y eso sí, sumados a los de la pareja (la bien llamada unidad familiar). Gran injusticia.
Lo que peor llevo es que a esos beneficiarios de los años ricos a quienes les dieron la tarjeta rosa al cumplir 60 años, nunca se le han revisado sus ingresos. Ahora la mayoría cobra mucho más que aquellos a los que no nos la dan por superar la cantidad establecida para poder tenerla. ¡Viva la discriminación!
También se da el caso de que la gran mayoría de los prejubilados solicitaron la tarjeta cuando estaban en el paro, y claro está, se la dieron, y claro está también, es de por vida, y nunca más revisarán sus ingresos. Otra discriminación.
Señores del Ayuntamiento de Barcelona, sé que están muy ocupados cambiando precios de las tarifas del TMB e intentando convencernos de que todo es para el bien de los ciudadanos y para frenar la contaminación en nuestra ciudad, pero ¿pueden decirme cómo afronto el incremento de precio del transporte público?
En el 2020 el cambio de la T-10 a la T-Casual supondrá un aumento del 11,3% y, según parece, las pensiones se incrementarán un 0,25%. Supongo que su intención es que esos marginados que no tenemos la tarjeta rosa reducida vayamos andando. Seguro que piensan que es muy sano andar, aunque ustedes vayan en el coche oficial. Está claro: poco transporte público para esos marginados.