El 23 de abril me disponía a comprar un par de libros, algo que siempre he hecho en esta celebrada fecha, cuando vi a la gente haciendo colas en una concurrida calle barcelonesa y la curiosidad pudo conmigo.
Entretots
No voy a señalar a nadie, no es esa mi intención, pero los allí presentes esperaban por la firma del aclamado tertuliano de turno y la de uno de esos conocidos influencers que ofrece útiles consejos sobre cómo combinar unos derbies con los vaqueros, gracias a la oportunidad que le brindan las redes sociales y en el marco de la publicidad emocional que todo lo impregna.
Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de libros del 2017 elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España, mejoran los índices de lectura, pero solo el 37,6% de los entrevistados lee por ocio y en su tiempo libre.
Con estos datos en la mano, cabe preguntarse el motivo por el cual la gente consume este tipo de productos. ¿Los leerán realmente o su adquisición responde a una mera muestra de apoyo y filiación? ¿Vale esa rúbrica el tiempo invertido o preferían -mejor- un ocasional me gusta?
Quizá lo importante sea que las cubiertas se integren bien en la decoración.