El Ajuntament de Sant Hilari Sacalm decidió hace un par de años instalar una perrera propia a escasos cincuenta metros de viviendas -carrer Verge de Montserrat-, dentro del núcleo urbano.
Entretots
Salvo días puntuales no había habido molestias, pero desde hace unos cuatro meses el ruido que producen los pobres perros allí alojados es insoportable. Aullidos y ladridos durante todo el día y la noche hacen imposible descansar. Mi propia esposa ha sufrido ya varios episodios de ansiedad y crisis nerviosas.
La policía local acude y constata la situación. También formulamos quejas por los cauces municipales pero por parte de la corporación tan sólo recibimos palabras y promesas de una pronta solución que nunca llega. Como agravante, el Ajuntament incumple su propia ordenanza municipal al respecto y la de uso del espacio público del pueblo, también.
Tan sólo pedimos que la perrera se traslade a un lugar adecuado, que los perros sean atendidos como se merecen y por fin los vecinos recuperemos la tranquilidad que un paraíso natural como este nos brindaba y tanto apreciábamos.