Somos una generación preparada, titulada y con ganas de trabajar, pero seguimos sin oportunidades reales en nuestro país. En España, el paro juvenil supera el 25 %, una de las tasas más altas de Europa. ¿Cómo es posible que después de años formándonos tengamos que hacer las maletas para buscar fuera lo que aquí nos niegan? ¿Por qué tenemos que irnos para tener futuro?

No es justo que estudiemos hasta el límite, invirtiendo tiempo, dinero y energía para luego aceptar contratos precarios, sueldos bajos o prácticas no remuneradas. Mientras tanto, países como Alemania, entre otros, nos reciben con condiciones dignas y sueldos acordes a nuestra formación. ¿Por qué no podemos encontrar eso en casa?

No nos estamos yendo por falta de ganas, sino por falta de futuro.