Escribo esta carta con la intención expresa de no politizar sobre este desgraciado incidente con víctimas, demasiadas, en la Comunidad Valenciana. Primero, reiterar que la solidaridad no tiene color, edad, lenguas o partidos. Y me alegro. Lo necesitamos.
Entretots
Quiero entrar en el tema de los inmigrantes que han puesto brazos, ganas e intención en ayudar. Como un grupo de inmigrantes hospedados en un hotel, de diferentes nacionalidades, afganos, sirios, venezolanos, etc., que, en connivencia con la dirección del hotel, han dispuesto hacer sus comidas para quien las necesite, publicado hoy en EL PERIÓDICO.
Basten todos esos datos para intentar generar la esperanza de que todos nacemos limpios de dogmas, partidismos, colores y todas las estupideces de las que, ya mayores, nos hacemos eco. Baste para demostrar lo que es innato en nosotros, la solidaridad ante el que sufre.
Baste para indicar que, cuando hace falta, pasamos de proclamas, proselitismo, inútiles disputas y sale nuestro verdadero yo, el animal social, sensible y solidario, con el que nacemos.