Les escribo desde el hartazgo de una familia humilde y desalentada en busca de soluciones. Hace tiempo, mis padres nos pidieron a mi hermano y a mí rehabilitar la masía donde mi madre nació y creció.

Para llevar la luz a esa casa, Fecsa nos presentó unos números estratosféricos. Buscamos alternativas más económicas: Eléctrica del Cadí. Construyeron la línea y entonces llegaron los problemas, porque Fecsa tiene el monopoio de las líneas. A día de hoy, y nueve años después, aún no se ha traspasado la línea a Fecsa y seguimos en la oscura pesadumbre de tener una casa, rehabilitada con nuestro sudor y lágrimas, pero sin electricidad.

Hoy, el total de la obra supera el doble de lo presupuestado inicialmente, por varios obstáculos: cambios de regulación interna de Endesa, que exigía modificaciones en la obra ya finalizada, dejadez por parte de ingenieros de Eléctrica del Cadí e inoperancia del ayuntamiento de Bassella, término en el que se encuentra la casa.

Ayuntamiento de Bassella, Fecsa Y Eléctrica del Cadí forman el triángulo de las Bermudas donde desparece el destello de una luz que ansiamos desde hace demasiado tiempo.