Rupit i Pruit es uno de los pueblos con más encanto de Catalunya. Situado en Osona, es el último pueblo de la provincia de Barcelona antes de llegar a Girona.
A pesar de tener poco más de 250 habitantes, es famoso por sus casas de piedra, su puente colgante y su increíble entorno natural, y los fines de semana y durante el verano se llena de turistas ávidos de disfrutar de la cultura, la naturaleza y la buena gastronomía.
Lo ideal para visitar Rupit i Pruit y sus alrededores es pasar dos noches en alguno de los hoteles rurales que nos ofrece el municipio. Una de sus curiosidades es que, a pesar de ser un pueblo considerado como medieval, su encanto no reside ni en sus murallas ni en su castillo, del que apenas quedan restos, sino en el aire rústico y acogedor que desprenden sus casas de piedra, construidas entre los siglos XVI y XVII.
Para los amantes del senderismo, a menos de una hora andando del centro del pueblo y por un camino muy bien señalizado encontramos el salto de Sallent, el salto de agua más alto de Catalunya, con 100 metros de desnivel.
Hace unos meses --la vida no es solo trabajar-- visitamos durante un fin de semana esta pequeña localidad y sus alrededores y salimos enamorados del lugar y con ganas de volver de nuevo a disfrutar de la maravillas que nos ofrece.