Me entristece enormemente saber sobre lo sucedido en una previa a la grabación del reportaje de Rubén Gisbert en Catarroja para el programa 'Horizonte', de Iker Giménez.

El periodismo de reportaje conlleva, supongo, momentos en los que la puesta en escena puede ser manipulada, pero no por ello restarle realismo. El periodista e 'influencer' es un profesional de la abogacía y defensor de los derechos humanos. Su presencia como reportero de guerra en Ucrania fue denunciada por una fiscal y, más tarde, exonerada por la justicia.

Pero hay que ser muy cuidadoso porque este detalle desafortunado, innecesario por otra parte, ha podido perjudicar la credibilidad de un equipo de profesionales que de forma honesta y autocrítica defienden a España y a los españoles. A pesar de ello, repruebo el desliz de Rubén. No era necesario añadir más dramatismo al mensaje, ya había, y hay, desgraciadamente, bastante drama.

También pienso en el momento del incidente y de cómo podría estar ‘controlado’ el grupo de grabación…