Alarma a las cinco de la mañana, 'mouth tapping', baños de hielo, meditación, suplementos, proteínas y horas interminables en el gimnasio… TikTok, Instagram y todas las demás redes sociales se han llenado de vídeos donde 'influencers' muestran su supuesta rutina. Lo que en apariencia podría parecer un estilo de vida saludable, en muchos casos se está transformando en una obsesión perjudicial. Niños y adolescentes están adoptando hábitos extremos, creyendo que esa es la única forma de tener éxito, sentirse bien consigo mismos o ser aceptados. Estas prácticas, lejos de fomentar el bienestar, pueden traer consecuencias negativas, tanto físicas como mentales. ¿Qué pasó con el deporte en el patio del colegio, los juegos en el parque o las actividades extraescolares? Ahora, niños de catorce años, e incluso menos, invaden los gimnasios y se pasan horas levantando pesas para conseguir el "cuerpo perfecto". Es increíble, y alarmante, el poder y la influencia que tienen las redes sociales sobre nosotros.
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