“Que paguen más los más ricos.” Eso es algo que hace ya 40 años que escucho cada vez que la izquierda de este país está en la oposición y pretende ganar las elecciones, pero una cosa es decirlo y otra hacerlo. La izquierda ha gobernado en muchas ocasiones y ni una sola vez lo han hecho. Eso solo es una quimera electoral, porque cuando gobiernan se dan cuenta que no pueden hacerlo, porque eso no era lo primordial para los políticos, sino que lo primordial es hacer algo para poderse mantener en el poder durante muchos años y, después, cuando cambian los poderes, poder situarse en algún cargo en las empresas que se han beneficiado de su gestión.

Ahora hay nuevos políticos que pretenden recordarlo nuevamente, pero nuevamente fracasaran, porque la cosa está muy clara: si no hay negocio, se marcharan a otro sitio en el que seguro que serán bien recibidos. Quien más gane, no es necesario que pague más, solo bastaría que pagase lo mismo que están pagando los ciudadanos. Si un ciudadano paga según sus ingresos hasta el 50%, las empresas también deberían pagar proporcionalmente lo mismo, y no como ahora que a mayor beneficio menos impuestos. No hay que pagar más, solo hay que contribuir con igualdad sin que las leyes tengan excepciones como está sucediendo en la actualidad y que, por más que nos digan que lo cambiarán, siempre seguirá igual.