Después de vivir estas últimas elecciones, me paro a pensar en las campañas de muchos de los políticos que se han presentado. La verdad es que pocos de ellos hablan de lo que realmente puede importar en el futuro, como el cambio climático, las pensiones, las reformas laborales o los recortes en sanidad y educación (entre muchas otras cosas, claro).
Entretots
Contrariamente, hablan de aquello morboso, aquello que suscita emoción, como es por ejemplo la situación de Catalunya. Rara vez les he escuchado hablar de otros problemas que realmente condicionarán nuestro futuro y, en mi opinión, su discurso no vale nada si más adelante hay cosas que ya no podremos solucionar.
Me refiero, sobre todo, a todos los cambios que hay que propugnar a nivel individual pero también a nivel general, como sociedad. Esos cambios, raramente, forman parte de sus discursos y, finalmente, van a ser más importantes que cualquier otro punto que quieran defender en cualquier debate.
Es para mí una gran decepción ver que los políticos siguen con esta venda en los ojos y, lo peor, estar segura de que tampoco no tienen ganas de quitársela.