Mientras Felipe VI defiende la Constitución y hace un llamamiento sereno de cordura y responsabilidad a la obligación de legar a los jóvenes una España sólida y unida, es desairado por los socios del presidente Sánchez, ante el sepulcral silencio del PNV, el ninguneo de Sumar y el plantón de ERC, Junts, Bildu y BNG, y la Presidenta del Congreso se permite aprovechar el momento para hacer un mitin en lugar de un discurso institucional.

Se ha instalado en la política el sistémico frentismo. La permanente descalificación y hasta el improperio. No se dialoga. No se legisla para resolver los graves problemas que aquejan a la ciudadanía, sea de la ideología que sea. Sueldos precarizados, viviendas por las nubes, alquileres inasequibles, habitación infravivienda, ancianos desahuciados, sin residencias geriátricas asumibles, insoportable clima de inseguridad ciudadana, insolidaria respuesta legislativa a la ELA, flujos migratorios incontrolados, tráfico de seres humanos en cayucos, esperanza de proyecto vital arrojada por la borda.

Siento pena y tristeza, a la par que preocupación, por el presente y el futuro de esta nación.