Ahora que ya tenemos nuevo ramal del tranvía, podemos empezar a sacar conclusiones. La primera es que, pese a lo que algunos han indicado, no ha habido tantos accidentes cómo se pensaba. Los críticos, que los hay, siempre manejaban esa idea, que este era un peligro teniendo en cuenta la Diagonal, el tráfico, los peatones y los ciclistas pero, por ahora, podemos contar dos accidentes leves y algunas imprudencias de gente que cruza las vías por dónde no debe. Es justamente ahí donde hay que incidir, ya que en otros lugares de Europa, dónde el tranvía es un elemento muy importante y están mucho más civilizados y por supuesto hay que decir que tienen igualmente accidentes, lo que nos diferencia es que allí los hubo y los hay y aquí llevábamos más de 40 años sin él, estábamos desacostumbrados. Guste o no, el tranvía llegó para quedarse.
Entretots