La Organización Mundial de la Salud define la obesidad como la epidemia del siglo XXI, y así la reconocen la mayoría de gobiernos occidentales. Sus consecuencias negativas sobre la salud, sociales y económicas, están aumentando constantemente. Pero muchos intereses económicos de las grandes empresas de alimentación hacen que los gobiernos miren hacia otro lado.
Entretots
¿Por qué los tratamientos de esta enfermedad no son financiados por nuestros gobiernos? ¿Por qué solo tienen acceso a ellos las personas con rentas más elevadas? Si la salud está reconocida como un derecho fundamental de la Constitución y de la mayoría de derechos internacionales, creo que los gobiernos deberían revisar sus prioridades, afrontar los problemas y empezar a financiar los tratamientos para la obesidad.