Mi madre fue desalojada del edificio donde vivía por el Ayuntamiento para su rehabilitación y trasladada a la finca de la calle Nou de la Rambla 39, para mayores de 65 años, propiedad del Patronat Municipal de l’Habitatge y que cuenta con 48 pisos. La finca está plagada de chinches, que han pasado a los pisos con sus correspondientes molestias y picaduras a los ancianos.

Pasó hace tiempo una persona del ayuntamiento haciendo preguntas y se le comunicó, pero no ha habido ningún tipo de respuesta. Me personé en el ayuntamiento, en el edificio del barrio en la calle Ramalleres, para denunciarlo, y me contestaron que de aquí a dos meses pasaría un inspector. Nos hemos visto obligados a contratar particularmente para el piso a una empresa de desinfección, con un coste superior a 300 euros, pero nos dicen que si en el edificio sigue habiendo chinches, el tratamiento al que ha sido sometido no durará mucho tiempo. También hemos tenido que  llevar  toda la ropa de la casa a una lavandería, ya que se tiene que tratar a una temperatura muy elevada para acabar con la plaga.

Así no se puede vivir. ¿ Esta es la forma que tiene el ayuntamiento de cuidar a sus mayores?