Desolador es la palabra que me viene a la mente al pensar en el futuro cercano que nos espera a los jóvenes españoles. Que, si piensan como yo, sentirán ahora algo de vergüenza al calificarse de esa manera: españoles.
Entretots
Podría entender el desinterés político de los jóvenes (y no tan jóvenes) frente al panorama bipartidista de hace unos años, pero no lo entiendo ahora, con nuevos partidos que han conseguido entrar y romper con la vieja y conservadora política que lleva ya demasiado tiempo abusando de nuestra paciencia a costa de nuestros derechos sociales.
Me repugna la insensibilidad social que representan, al igual que me entristece la tan falsa izquierda que representa ahora el PSOE, un partido que rescató la esperanza de gente como mis padres y que, sin embargo, ahora lo único que rescata son políticos y expoliticos enriquecidos y podridos de egocentrismo que, sintiéndolo mucho, poco tienen que ver con aquella respetada izquierda que ahora queremos seguir apoyando los jóvenes.
Siempre hablando de aquellos jóvenes que apuestan por luchar por un futuro digno que realmente merezcamos. Porque la realidad, lo que mis ojos ven a través de amigos/as y compañeros/as, estadísticas y datos, es que pocos son los jóvenes que conozco que parecen tener interés por su futuro y lo que puede hacer la vieja política con el en sus manos.
Paciencia, persistencia e ilusión es lo que jóvenes como yo debemos seguir teniendo pese al panorama desolador que se nos viene encima cuatro años más, por no sentir vergüenza de nuestro propio país y porque, si no somos nosotros, ¿quién lo hará?