El pasado 30 de diciembre murió William Salice. Puede que a muchos no les suene el nombre, pero si les digo que fue el inventor del huevo Kinder es posible que algo se les remueva en su memoria infantil.

En los años 70 tuvieron un enorme éxito y todos deseábamos recibir uno, como regalo. Era una enorme emoción. Además, compruebo que los niños de hoy se ilusionan, igual que lo hacíamos nosotros, con esos huevos de chocolate con sorpresa dentro.

Nada ha cambiado, a pesar de vivir en una época tan distinta. El ritual siempre es el mismo: el niño o niña sacude el huevo, luego retira el envoltorio y parte con emoción la fina capa de chocolate, descubriendo la pequeña figurita que jamás entenderá cómo se metió dentro del huevo.

La curiosidad y el asombro, reflejados en un rostro infantil. Sensaciones únicas e irremplazables. Gracias, mister Salice.