He leído el artículo de Silvia Coppulo, Cuando un contacto se muere, y los recuerdos han venido a mí. Me encontraba en la sala de espera del hospital esperando una operación que le tenían que hacer a mi marido. En principio eran un par de horas pero aquello se alargó de la mañana a la noche. Las horas pasaban y yo solo quería explicarte a ti lo triste que estaba, lo angustiada que me sentía, el miedo que tenía.
Entretots
Te mandaba wasaps y luego recordaba que eras tú el que estabas en el quirófano. Era a ti al que quería contarle que no sabía qué hacer, era a ti al que quería explicarle que pasaban las horas y yo estaba quieta en esa silla de hospital, con tu maleta al lado, sin comer ni beber, esperando a que me contestaras a tantas preguntas.
Llegó la noche en una sala fría con las luces a media luz y saliste tú, lleno de tubos. Me miraste y me dijiste: "Pobre, ¿aún estás aquí? Estaba preocupado". No contestaba a mis wasaps imaginarios pero sé que nuestra mente tenía wifi durante esas intensas horas y mi corazón tenía línea para ti.