No revelamos nada nuevo al afirmar que las migraciones de personas han sido una constante en la historia de la humanidad. Gracias a ellas los pueblos se han lucrado con las experiencias de unos y otros; se ha impulsado el desarrollo social. Ha sido en esta actual Europa del Bienestar donde parece que hemos olvidado nuestros orígenes.
Entretots
Cada vez más cerramos nuestras fronteras con artilugios legales a los nuevos inmigrantes que llaman a nuestra puerta. Con actitudes ciertamente deshumanizadas. Es de lesa humanidad que no acojamos a estas gentes que escapan de la guerra y a perseguidos políticos que intentan salvar sus vidas y la de sus familiares.
Tenemos la obligación moral de promover el desarrollo social de los países más desfavorecidos, origen primigenio de la gran mayoría de las migraciones contemporáneas.