Qué sorprendente ha sido la posición más o menos defendida por parte de autoridades políticas, gurús de la salud (con la OMS incluida) y tertulianos de los medios de comunicación ante el brote del coronavirus y la contrariedad que manifestaron éstos antes y después de la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona.
Entretots
La oleada de deserciones de grandes empresas por miedo al contagio del coronavirus propició la anulación del evento por parte de la organización, a pesar de las medidas sanitarias y de seguridad adoptadas.
Después de esto han surgido todo tipo de teorías conspirativas y los analistas nos han seguido hablando del temor exagerado de la población, de pánico desmedido y de alarmismo.
¿Debíamos asumir el riesgo que conllevaba su celebración? A mi modo de ver, no. Los temas económicos, empresariales o políticos, siendo importantes, no deben estar por encima de los de la salud.
Ahora mismo, la penetración del virus en el norte de Italia está provocando la alarma y la suspensión de eventos y la OMS nos advierte de una posible pandemia.
Cada vez adquiere más sentido la cancelación del MWC que debía celebrarse del 24 al 27 de este mes de febrero, a pesar de que puedan existir otros intereses.