Las continuas redadas de carteristas, ladrones y multirreincidentes en el metro, el aeropuerto o Ciutat Vella me recuerdan el mito de Penélope. Ya saben que esa buena mujer tejía durante el día lo que destejía por la noche o viceversa. Esto es lo mismo: la policía se esfuerza con hombres y medios para detener a esos miserables, pero después viene un juez y los deja en libertad a las pocas horas. Es una operación de imagen muy vistosa pero muy poco eficaz y que convence todavía menos a una población harta.
Entretots
Faltan leyes más duras y deportación de los delincuentes más violentos. Sin rigor judicial, estas actuaciones no dejarán de ser un brindis al sol.