Se acercan las elecciones municipales y autonómicas y los partidos políticos ya están en plena campaña. Unos, los que ya gobiernan, legislando a golpe de ideología y de cara a la galería; los otros, los que están en la oposición, tratando de deslegitimar a los primeros y posicionándose en contra de casi todas sus propuestas.
Entretots
A excepción de las relacionadas con la ideología de género, el aborto, la memoria histórica, el divorcio exprés, el matrimonio homosexual o la eutanasia.
Y los unos y los otros, buscando desprestigiar al contrario con el supuesto insulto de ser de extremaderecha o de extremaizquierda, como si al utilizar esas palabras mágicas pusieran pies en polvorosa a los supuestos votantes.
Olvidan, los unos y los otros, que más que ser de derecha, de centro o de izquierda, los políticos deberían ser una cosa: defensores a ultranza de la verdad. ¿Y qué hacemos con los políticos que niegan su existencia y solo se dejan llevar por su relativismo ideológico? Pues animarles, con la fuerza de nuestro voto, a que se dediquen a otra cosa. ¿No creen?