Lo reconozco, hace tiempo que caí en las redes (y nunca mejor dicho) de los filtros de belleza de Instagram y Snapchat. Es divertido y te ves espléndido: una cara sin manchas, la nariz perfecta, labios que se adaptan a los cánones de belleza actuales...
Entretots
Pero lo difícil es que ahora, igual que les pasa a muchos de los que me rodean, sea capaz de subir un story sin ningún tipo de 'careta virtual'. Los expertos advierten de que esta moda está afectando a la manera con la que los usuarios nos vemos a nosotros mismos, agudizando nuestras inseguridades y amenazando nuestra autoestima. Y eso da un poco de miedo.