Igual que los antivacunas ponen en riesgo al resto de la sociedad, los partidarios del veto parental amenazan la convivencia en libertad y pluralidad.
Resulta obvio que los padres que quieren imponer la censura previa a sus hijos dudan de su fortaleza argumental para complementar lo aprendido en la escuela.
Olvidan además que la educación es la formación intelectual y moral compartida entre padres, profesores y sociedad para forjar a un ciudadano libre, plenamente desarrollado y capaz de convivir en paz.
Es preocupante que el PP justifique y se arrastre, al rebufo de las manipulaciones que Vox impone, a un debate superado hace tiempo por la sociedad y que no preocupaba a nadie, para hacer de la educación un campo de batalla ideológico.
La educación debe ser la misma para todos y es siempre mejorable.