Esta es una carta dirigida a todas las residencias geriátricas del Baix Llobregat. Me parece indignante que, siendo gerocultora profesional como soy, no me den la oportunidad de trabajar o de hacerles ver a los directores de los centros que tengo capacidad de trabajo.

Estoy en paro y me parece vergonzoso que, después de ir a tantas entrevistas como he ido, solo me dicen "ya te llamaremos". Me he encontrado con residencias que prefieren coger a una niña de 20 años con una cara bonita a una mujer de la edad que sea pero con experiencia.

Hago un llamamiento a todas las personas que estén en mí misma situación porque yo me he encontrado de todo. Para mí, esos residentes que están metidos en asilos son personas, no números. Hay que tratarlos como se merecen, con mucho cariño, amor y respeto. ¿De qué vale contratar a personas que no tienen experiencia ninguna? Por favor, para cuidar a una persona mayor no hace falta tener una cara bonita, hace falta paciencia y estar a la altura para que nuestros mayores se sientan bien y a gusto.

Espero que esta situación cambie de una vez y que las personas que realicen las entrevistas nos den una oportunidad a personas como yo y otras tantas, pues en plena pandemia se necesitan buenos profesionales.