Apenas hace un mes, Laporta ratificaba en el puesto de entrenador del FC Barcelona a Xavi Hernández, que se desdijo de la anunciada dimisión diferida. Ahora, el Presidente, enfadado y decepcionado, digiere mal la comparecencia ante los medios de comunicación del entrenador, que se mostró abatido, pesimista, hundido y resignado.
Entretots
Xavi proclamó verdades como puños. Messi se sinceró con aquello de que "no nos alcanza" y el Presidente no le renovó. Koeman exclamó: "Es lo que hay" y fue fulminantemente destituido.
Puede que Xavi sea el tercer mito blaugrana humillado, siempre que el club se las ingenie para abonarle los 20 millones que costaría su despido más el montante que supondría la contratación de un nuevo entrenador y su 'staff' técnico, a menos que se recurra a una excentricidad, la contratación del hasta ahora exitoso entrenador del equipo femenino, Jonatan Giráldez.
Menos palancas, más profesionalidad y estabilidad y menos manteles de restaurante de postín para fichar, de la mano de agentes comisionistas, a jugadores inservibles a golpe de suculentas contraprestaciones.