Vengo observando que muchas marcas se sirven del empoderamiento de la mujer para elaborar campañas que forman nuestra identidad de género a partir de un discurso dominante, no necesariamente real. Las marcas de higiene femenina pseudofeministas siguen ocultando la verdadera realidad entorno a la menstruación y se limitan a vehicular en sus anuncios un mensaje destinado a modelar actitudes y a mostrar estilos de vida paradigmáticos que no se corresponden con la realidad.
Entretots
Con todos los mitos a los que ha sido sometida la incomodidad ordinaria del mes, como la denomina la religión católica, lo último que necesito es que una campaña publicitaria obvie y normalice un proceso fisiológico que, si bien no es una condición limitante, viene acompañado de un cuadro sintomático físico y psicológico.
Como mujer, no me siento identificada ni con el conservador líquido azul ni con el revolucionario líquido rosa. La sangre es roja y no deberíamos de ocultar sus implicaciones tras la figura de una supermujer que todo lo puede cuando se le está desprendiendo el endometrio a pedazos. Esto solo lleva a alimentar nuevos mitos que no nos convienen en absoluto.