Me tienen sin cuidado las prohibiciones cada vez más amplias respecto al fumar, aun admitiendo que estoy poseído de esa hierba satánica que amenaza a la humanidad entera.
Entretots
La hipocresía, falsedad y mentira, sí me importan, y para nada me tienen sin cuidado. El tabaco, cuyo consumo está prohibido por la Ley (excepto en el lavabo de tu propia casa) es a la vez un producto estatal amparado y protegido a dentelladas por esta misma Ley. Parece una incongruencia, ¿no?
Dios nos libre de conducir por Barcelona o cualquier otra ciudad de este país de pandereta folclórica con un cigarrillo en los labios, o de fumar en la terraza de un café o en cualquier otro espacio.
En contrapartida, seguiremos mostrándonos más permisivos con otros delitos. Y si ello no es suficiente, añadiremos a okupas, top manta y sexo callejero, para terminar de darle un toque de encanto a estas zonas urbanas donde parece ser que el humo de los cigarrillos impide al legislador ver otros problemas de mayor entidad.