Se puede creer o no en una divinidad o varias; aceptar o rechazar a Jesucristo. Pero la tradición -que es según la RAE, "la transmisión o comunicación de noticias, literatura popular, doctrinas, ritos, costumbres, etc., que se mantiene de generación en generación"- de la Navidad no se debería romper cuando amenaza a las familias y los modos de la sociedad. Tanto en países del hemisferio norte o sur, el nacimiento del niño Jesús en Belén prevalece. Incluso los musulmanes lo aceptan como un profeta. ¿Por qué están tan empeñadas las clases políticas en desterrar la Navidad? Deberían pensar más en el bien social, y dejar de lado sus creencias personales.
Entretots