Hace ya algunos años, leí este artículo: “La carga mental o el trabajo invisible de las madres”. Las mujeres han de cargar con toda la planificación de la casa. Ese trabajo, que en muchos casos es agotador, nunca va acompañado de ascensos y galardones.
Entretots
Posteriormente, después de este artículo, he escuchado con más empatía las quejas de las mujeres de mi entorno. He deseado el cambio, y lo he visto aproximarse. Y atención, he podido comprobar que los hombres ni somos buenos planificando los detalles de la convivencia, ni somos buenos cuidando. O sea, vamos de camino, pero aún no hemos llegado.
Y como vamos de camino, el pasado 14 de mayo asistí a la presentación del libro 'Dones i mares invisibles'. Esas madres que dedican su vida a cuidar de personas con necesidades especiales. Un libro que te hace pensar en la difícil inclusión de estas personas. En la sobrecarga y el agotamiento. En las ayudas, a veces insuficientes. En la complejidad de los trámites para conseguirlas. Y en la gente que no quiere cambiar.
Y digo esto último pensando en dos dichos: "Incluir no es traer a la gente a lo que ya existe, ¡eso que existe, ha de cambiar!". "La educación será inclusiva, o no será" (..). Ingrid de la Rosa, profesional del Tercer Sector Social.