La escena vivida el miércoles en el Congreso no por vulgar fue menos previsible. Un Gobierno rodeado de casos de corrupción solo defendible por quienes tienen interés en que permanezca, y eso nos lleva al papel de los socios del Ejecutivo. Todos y cada uno de los grupos que conformaron el apoyo al PSOE mostrando su "gran enfado", su "indignación" y sus "durísimas" palabras hacia el presidente... Hechos, no palabras. Por mucho aspaviento e indignación de los grupos, si al final no retiran el apoyo a la corrupción, son tan cómplices ante el ciudadano como el mayor de los corruptos. Y eso nos demuestra que no les importa la dignidad y la honradez, solo les importa seguir en el sillón, por ilógico y vergonzoso que eso sea. Lo más triste es que vivimos en un país sin memoria y no faltarán los que darán su voto a toda esta gente, a pesar de esa falta de principios.
Entretots