Ni disfrazado de torero hubiera resultado más espectacular el 'paseíllo' barcelonés de Puigdemont. Qué habilidad la de este personaje (algunos lo llaman President) para burlar el dispositivo montado por los Mossos para su posible detención. Ni el mago más experimentado hubiera sido capaz de aparecer y desaparecer delante de las narices de los que se supone tenían la obligación de detenerlo.
Entretots
Y es que claro, siete años fugado, sin que nadie haya sido capaz de poner orden en este desaguisado, dan una experiencia extraordinaria para seguir teniendo en jaque a las autoridades sin que estas sean capaces de vislumbrar la posibilidad de poner fin a semejante despropósito.
Y así vamos a seguir, con Puigdemont amenazando y no cumpliendo sus amenazas. No acudió al Parlament de Catalunya, aunque dijo que sí lo haría, para la investidura de Illa. Con Puigdemont en Waterloo sin que sepamos quién mantiene económicamente eso que eufemísticamente llaman "sede de la República Catalana". Y con Puigdemont manteniendo, con los votos de Junts, a Pedro Sánchez en la Moncloa.
Todo controlado, que diría presumiblemente Félix Bolaños.