Estos días estamos mostrando nuestro agradecimiento a las personas que están en la primera línea de esta guerra contra un enemigo invisible. Y se lo merecen, sin duda. Pero hay otras personas que quedan más en la retaguardia y son también merecedoras de este agradecimiento, son los trabajadores de las fábricas de abastecimiento para mercados, tiendas y supermercados. Las personas que acompaña y ayudan a nuestros mayores o los educadores sociales que trabajan en pisos de reinserción social para personas con adicciones.
Todos ellos siguen trabajando personalmente o por teletrabajo para que las personas usuarias de estos servicios no se encuentren solas y puedan salir hacia delante a pesar de las circunstancias. Gracias a todos ellos, y cuidaros para poder cuidar.