García-Page le insiste a Sánchez en su rechazo a la financiación singular catalana: “La riqueza de Catalunya no es de los catalanes, es de todos”. La rotundidad y nitidez de la frase es absolutamente intolerable, injusta e injuriosa. Arrastramos en Catalunya un déficit fiscal histórico muy importante y salen en tromba personajes como este, Mazón o Ayuso, entre otros, para acallar los tímidos intentos de obtener un concierto económico justo.

Hace poco, una persona conocida me preguntaba si los que queríamos la independencia era "solo por dinero". Evidentemente, hay muchos factores: identidad, lengua, historia, costumbres, sentimiento de comunidad y también dinero. Y es que necesitamos ese dinero que se nos escamotea para tener un país decente, con buenas infraestructuras viarias, sanidad, educación, seguridad, justicia, dependencia y obras sociales.

Es más, conozco a mucha gente que era autonomista o federalista y que, en los últimos 10-15 años se ha vuelto independentista únicamente por esta razón. Y es algo absolutamente legítimo. Las declaraciones de García-Page y sus pintorescos compañeros ideológicos son una fábrica gratuita y permanente de creación de nuevos independentistas. Al final les tendremos que dar las gracias.