“Sencillamente, no resisto el no tener nada que hacer”. Leyendo esta frase es fácil de reconocer que quien la pronunció no era una persona ociosa. Después de escuchar una conferencia acerca de la trayectoria de esta gran mujer, esposa de un gran poeta y premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, agradecí añadir al nombre de Zenobia Camprubí el justo currículum con el que queda más que clara la frase con la que abro este escrito: gran escritora y traductora, empresaria y activista feminista, profesora en universidades americanas y pedagoga entregada a la infancia, fundadora del Lyceum Club junto a María de Maeztu y Victoria Kent, entre otras cosas.
Entretots
Destaco, además, esa visión práctica de la vida que le permitió, con sus ingresos y los fondos heredados de su familia, estar al lado de su marido, quien pudo dedicarse por entero a la escritura. Otra heroína cuyo legado cayó en el olvido.