Es inconcebible que habiendo pasado por la crisis del covid y la guerra de Ucrania con paz social -porque la gente ha sentido la protección de este Gobierno con la economía funcionando, imagínenlo en manos del PP-, se vote a la derecha. Pero ha sucedido.
Entretots
El adelanto electoral es arriesgado, pero ha echado por tierra siete meses de campaña demoledora de la ultraderecha (PP) y la derecha extrema (Vox) proclamando la ilegitimidad del Gobierno y exigiendo la cita electoral, y pone al ciudadano ante la tesitura de meditar en serio qué políticas escoge: si la de los recortes y destrozo del Estado de bienestar o la del progreso y el escudo social.
Además, desenfoca a la derecha y tiene la voluntad de movilizar a la izquierda conmocionada. Pero para tener una oportunidad, la izquierda debe dejar de hacer ruido, aparcar para siempre el cainismo y unirse.