Esta semana, en una rueda de prensa, Lamine Yamal respondía a los periodistas con una frase que debería hacernos reflexionar: "Para el fútbol no hay edad. Si estás preparado, estás preparado". Cuánta razón.

Tengo 25 años, una formación completa, experiencia, idiomas, muchas habilidades muy demandadas y aún así, me siguen cerrando las puertas a puestos de responsabilidad. Me dicen que soy demasiado joven, que me falta recorrido, que "ya llegará mi momento". Poco importa que haya demostrado valía, capacidad de liderazgo o compromiso. Lo que pesa no es lo que uno puede aportar, sino cuántos años lleva trabajando. "Consideramos que estás sobrecualificada, pero eres bastante joven, buscamos un perfil mas sénior".

La edad se ha convertido en una barrera invisible pero real, especialmente para quienes como yo, aspiramos a crecer profesionalmente y no queremos esperar una década para que se nos dé una oportunidad. Mientras tanto, se nos infrautiliza, se nos relega y lo que podríamos aportar se pierde por el camino.

Ojalá el mundo laboral aplicara la lógica que Lamine Yamal tan bien expresó. Porque si estás preparado, estás preparado. Lo demás, son excusas.